En cosmética, el término BOOSTER significa “amplificador“. El nombre explica bien su acción: sirven para amplificar los beneficios de las cremas y los sérums. Los
potenciadores tienen una consistencia muy fluida, son agradables de aplicar y tienen un efecto rápido.
Son tratamientos muy concentrados, normalmente con altos porcentajes de uno o pocos principios
activos combinados entre sí, elegidos en función de la necesidad que deben satisfacer. Se utilizan
cuando se desean resultados más rápidos. La versatilidad de los boosters permite utilizarlos de forma
continua, en ciclos o de forma alterna. Pueden utilizarse solos directamente sobre la piel o añadirse al
tratamiento facial habitual en el momento de la aplicación.
¿Cómo se elige un booster?
El booster debe elegirse evaluando las necesidades de la piel en ese momento. En la conversación
con el cliente es importante investigar cuáles son sus expectativas y si se presenta alguna molestia de
la piel.
¿Cómo aplicar el booster en el rostro?
El potenciador debe aplicarse después de la limpieza. Para aprovechar al máximo sus beneficios, basta
con masajear unas gotas del producto sobre el rostro, el cuello y el escote; después se puede proceder
a aplicar el sérum y la crema. Quienes lo deseen también pueden mezclar el potenciador con la crema
facial y aplicar una mezcla de los dos productos en un solo paso.
¿Por qué recomendar el booster en combinación con su rutina de belleza? ¿Cuál es la diferencia con los
sérums?
Un sérum es un tratamiento que penetra en profundidad, transportando los principios activos lipídicos
de la fórmula. No siempre es posible añadir las mismas concentraciones en un sérum o crema que en
los potenciadores. El booster es el gesto extra para la actividad importante en las capas superiores de la
piel.
El tratamiento de belleza se potencia con los principios activos que necesita la piel en ese momento y el
resultado se obtiene en poco tiempo.
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